viernes, 25 de septiembre de 2009

El tiempo







El tiempo
Reconozco mirandome al espejo
que me siento como monedas masticadas por otros
mostrando su rostro antes distintas posibilidades
de volver a ser.
por esa ventana se cuela mi espiritu
mordiéndose la espalda,
delineando su furia con ojos salados.

Entonces le pido permiso a la luna,
que descanza en mi oreja para nacer otra vez,
ahora que todo es agua diluida y cada litoral muere,
El cielo, esa inmensa branquia redentora
de viejas falsedades,
me contempla y me cierra los ojos
para que siga soñando,
ausente o porque no, en sombras.

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