miércoles, 28 de octubre de 2015

Llueve , como aquella tarde



Llueve intensamente como aquella tarde
en que te atisbé en la distancia,
Con tu pelo mojado de estrellas
Y tus gafas empañadas sin sol.
Esperabas a alguien , no sé…
y mirabas con prisa tu reloj de cadenita
te colgaba un cigarro de la comisura de los labios
sin prisa por encenderlo.
Cerré los ojos y te sentí más cerca
respirándome encima
después….
solo vi sombras de palomas
en aquel parque
por donde llegaste aquella tarde
pletórico de erotismo
Doris Melo Mendoza.

Pero las palabras saltan.


Aquí como puedes ver…
donde se revela esta mujer sin costuras
esta mujer sin ombligo , sin final
la que ha cosida su boca
pero las palabras saltan
y se diluyen en el vacío…
en ese paraje de sábanas hinchadas por el orgullo
donde se respira la fetidez
y la noche entera se dispara, blandiendo su espada
cubierta por el musgo estéril…
otrora la luna sueña otra instancia.
Doris Melo Mendoza.
En el libro. Donde habita el recuerdo.
2015

Entre grafitis ruborizados...

 




El pensamiento se agota
Y los recuerdos fluyen
como cascadas…
se entrampan sabiamente
se convierten en palabras que viajan hacia el despues
a la Nada
Entre grafitis ruborizados…
se pierden, para alcanzar la imagen lúdica
cuando el deseo solo apunta al Este…
Doris Melo Mendoza.
2015

Por la vereda de lo intangible.




En la colección de mañanas dormidas
un rebote de luces perseguidas..
me rasga la piel con esperanza
pero tu silencio me retiene en el aire
y las paredes blancas recortan tu espera.

Mientras,
me emborracho de olvidos
y miles de pensamientos muerden mis sueños
navegando entre galerias de nostalgia
en los laberintos de tu recuerdo.
Apresurada camino por la historia
soberbia, colmada de libidas ansias
se elevan los sentidos
se corrompen todos mis mundos
en el pensamiento de algún amante
por la vereda oscura de lo intangible.
Voces libertas cantan al unísono dentro de mí
retomando mi piel de palabras
para transparentar lo invisible
envuelta en la neblina de la distancia.
2010


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Foto tomada por Nahomi Bonafaux ( paisaje de lavanda)

Seduciendote desde la otra orilla.


Ese mar que no conoce mis adentros
Que no sabe mis secretos, mis tormentos
Anda y llega a mi orilla
como la Galatea al Polifemo
Coqueteando en tu ir y venir
con tu blanca espuma.

Tócame con tu magia y tu silencio
Calma esta sed de amarte
que me hace daño..
Llévame a tocar el infinito y más allá
Y escuchar la sinfonía de los dioses
en lo recóndito del universo
¡Dadme un poco de esa ternura,
que guardas en tus pechos!
Déjame escuchar esa música prístina
Sobre una alfombra de nísperos , kiguís,
querencias ilusorias y quimeras
donde estaré ciertamente esperándote
Por los siglos de los siglos amén.
Doris Melo.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Pariendo ternuras en medio de infinitos silencios

En esta soledad inmensa, despoblada de afanes, donde sigo escribiendo a pesar de mí, Bajo un aire recargado de humo denso, donde te proyectas tomando formas reales desde tu propia imperfección, rebuscando el simple encuentro. Cansada de exhalar suspiros… quisiera no despertar, de este sueño tétrico, aciego y azaroso, que se sienta en mis sentidos. Sin encontrar atisbos, en esta levedad cuando me pierdo en mi misma. Como simples esqueletos intelectuales de una vida inestable, equivoca, imprevisible… más sin embargo, tengo deseos de parir ternuras, en medio de infinitos silencios.

Devenires inciertos...

Se ha marchado la espuma de tus olas anudando caracolas a un viejo pasado, chorreando pájaros y mieles desvergonzados ciegos y mal hablados, desde esta lluvia lánguida, masticando este tiempo desgreñado donde te invento mojada de tristezas. Desde el fondo de ese mar impetuoso, tu ambivalencia percibo, tus devenires amanecidos e inciertos marcan el paso, devorando la palabra sentada en mi espalda. Te escucho , cuando pasas entre sueños, desnudo, pisoteando caracolas que albergan tristezas en sus conchas como si el mismo mar hubiese llegado a la conclusión de que somos esa playa sembrada de embarcaciones fantasmas Ahora sé que soy esa canción de nadie, que las ausencias y devenires son el sin fin de cada día donde acorralo mis frustraciones indefensas en las cunetas exiladas del tiempo, redimiéndote del olvido. Doris Melo Mendoza. 2012 Derechos reservados