En la carcajada del delirio
Ascendiendo hacia el olvido
te busco aún, entre mis pasos tardíos,
en tu silencioso mundo,
teñido de arenas desiertas.
Me duele este lenguaje que agoniza tercamente,
esta inmediatez,
este desplumarme de todos mis sentidos
fraguando las trampas del hoy,
como una obra inconclusa me pienso…
¡pero mis noches no las matan ningún sol!
Soy la de siempre, la eterna
un relámpago de lo invencible,
el mundo externo enojado
en el bosque de mi mente.
Soy la que sobre el viento del misterio
escucha la resonancia del agua,
como acorralando el alma,
los ecos de un yo no se,
palabras a la deriva,
que se pierden en esta soledad.
Doris Melo
oct . 2010
