domingo, 3 de febrero de 2013

El tiempo, una palabra que no tiene espacio.

Cuando el peso del amor nos consumem sin aliento apalabrando ideas, serenas, fugases… sin sentido... desprendido como pétalos desmadejados desde esta mi silente verdad donde te pienso. Y en ese mismo lugar que es solo nuestro donde te espero en la obstinación de este vacío, para entregarte este sueño que avive mi silencio. Frente a otro mar de septiembre, te invento, entre sus caracolas que nunca duermen. Ese mar que tocas con tu mirada como pájaro errante entre las dunas de arena donde lo imposible nunca llega, Con tu tristeza en la inocencia que te redime lloviendome por dentro siento tu olor, tu sobriedad disuelta entre la brisa marina que me envuelve con su ternura suave. Absorbo en el quizás, cada trago de tu esencia, Hasta dormirme en lo más cercano de tu nombre… hay tardes que presiento que me miras desde ese muro que hoy parece recordarte. Doris Melo

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