jueves, 3 de enero de 2013

Desabrochada hasta el tuétano de los huesos

Nadie nos mutila la memoria, puedo sentirte con todos tus miedos más allá de los linderos del alma. entre palabras cálidas de agua y miel donde soy todos los versos que te escribo desde este cuerpo en su desnudez bañado de oníricos pensamientos, en una noche sin tiempo donde me miento para soportar tu ausencia… En el silencio de la noche, cuando te pienso, acurrucada de voces serpenteante, lascivo y húmedo subiendo y bajando sobre mis mareas, embriagadome en tu derroche desabrochada hasta el tuétano de los huesos. He caminado muchos siglos sin desaprender tu nombre, el que ha quedado tatuado en mi memoria y desde entonces rondas en todos mis sueños lúdicos, de ternuras inventados en un silencio cansado y sordo licuándose como gotas de seda, arañando a tientas el aire entre auroras interminables..... Doris Melo.

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