miércoles, 14 de octubre de 2009
Yo no invente la lluvia que nadie me la arranque
Dame una copa de vino
Para calma mis ayunos,
Y destruir este lamento de siglos
A puñados de olvidos
y circunstancias quizás inenarrables.
Coroname de azafrán
y otros humores perfectos
Dejo la almohada vivir de sus recuerdos
Me remito a otras tantas maravillas ,
La alegria con el aroma pardo de sueños lúdicos.
Tanto erotismo en un huerto de helechos bajo la luna
Amo y disfruto de este nuevo hábito,
lo juzgo inesperado
Un hecho repetible ,
¡Desplegarlo a viento entero!
Para sacar el trueno de este amor.
Caleidoscopios, yo no sé.
Un gramo de cordura, polvos de besos,
¿Como explicar esta hambre de mariposas astilladas?
O un calendario vacío de trabajos,
Un paso con labios entreabiertos,
El ronco suspiro de un zapato
La parca muerte,
Degollantes palabras que juegan
Se demoran, para dar tiempo a la nostalgia
Yo no invento la lluvia
Que nadie me la arranque.
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