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La mente sonámbula
embruja el silencio,
¿Porque tienes que deshojar los días,
si apagas con esto la lumbre los recuerdos?
Ya no hay vientos sonoros
ni fe, ni destellos,
solo una metáfora sin luz,
trazándo senderos de perdón,
si, perdón hacía mi mísma.
Yo que soy tan fragíl como tu,
lloviznada de ausencias,
pálida como el rostro de la luna,
la enfermedad es contagiosa,
no te acerques mucho
porque te puede suceder lo mismo,
el miedo produce pánico,
y no quiero estar en él.
Quiero esta vez decir sí,
liberar la mente de rumores oscuros,
olvidar el vacío existencial
que fragmenta mi alma ,
y después ,
que un bársamo de paz
ilumine mis sllencios,
entre las rendijas del insomnio.
Doris
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